17 de diciembre de 2022

Reflexión 4 Catástrofe a pie de obra

Una de las noticias más polémicas actualmente es esta, la que habla sobre las numerosas muertes que han sucedido en Qatar como consecuencia de la construcción de los estadios de futbol en los que se disputaría el mundial de futbol de 2022.

A pesar de que ni la FIFA ni el gobierno de Qatar nos muestre los datos reales, se sabe que hay un número mucho mayor de muertes del que se ha tratado dar a entender en algunas ruedas de prensa.

Sinceramente, me gustaría reflexionar sobre todo esto ya que a día de hoy, ya no solo en Qatar, son muchas las personas que han fallecido en la obra. Todavía no entiendo cómo a día de hoy, con los avances de seguridad de los que disponemos, permitimos que se realicen obras sin la seguridad requerida.

Principalmente, en cuestiones económicas, creo que si no se dispone del presupuesto suficiente para mantener una obra incluyendo las medidas de seguridad pertinentes, esta obra no debería ser realizada, sin embargo, en Qatar hemos podido observar algunos aparatos, instalaciones y avances que nos dan a entender que la falta de seguridad en la obra no se debe a la falta de presupuesto.

Por otro lugar, en cuestión de valores, creo que la avaricia y la ambición de los beneficios en exceso pueden ser unas de las principales causas de todas estas muertes, el hecho de que la FIFA no quiera reconocer el número exacto de muertes, al menos a mí me da a entender que se han asumido muchas más muertes de las que creemos, y en vez de parar estas obras o cancelar el evento deportivo, se ha optado por seguir adelante con todo continuando con las obras dónde todos los días fallecen obreros.

La verdad, a mi parecer, esta es una de las maneras de estropear el mundo de la construcción, el hecho de aprovecharse de gente sin recursos con el objetivo de obtener una mano de obra más barata, y gastando menos en seguridad me parece uno de los actos que más atentan contra los derechos humanos.

Por último, creo que la construcción y la arquitectura es algo que no debe permitir estos incidentes, creo que tanto los promotores como los arquitectos, como los albañiles, deben cogerse de las manos y trabajar en equipo. Esta es una de las cosas más bonitas del mundo de la obra, el dinamismo que se crea, el trabajo en equipo, la ayuda y el entendimiento, son los factores que al sumarse dan como resultado la mejor arquitectura del mundo.

Si dejamos que cada uno haga la guerra por su cuenta, sin realizar este trabajo en equipo, sin olvidarnos de los beneficios y la avaricia, lo único que podremos conseguir es una edificación funcional pero con unos valores horribles, los cuales aunque no lo creamos, entran en el corazón de las personas que habitan ese lugar dándoles una sensación de incomodidad.